jueves, 14 de octubre de 2010

Para reflexionar




"Aún por encima del Papa como expresión de lo vinculante de la autoridad eclesiástica se halla la propia conciencia, a la que hay que obedecer la primera, si fuera necesario incluso en contra de lo que diga la autoridad eclesiástica. En esta determinación del individuo, que encuentra en la conciencia la instancia suprema y última, libre en último término frente a las pretensiones de cualquier comunidad externa, incluida la Iglesia oficial, se halla a la vez el antídoto de cualquier totalitarismo en ciernes y la verdadera obediencia eclesial se zafa de cualquier tentación totalitaria, que no podría aceptar, enfrentada con su voluntad de poder, esa clase de vinculación última."


Por si se tiene la tentación de tacharme poco menos que de hereje, anti-sistema o similares, dejaré claro que este texto pertenece, ni más ni menos, a Joseph Ratzinger.

Sobre este punto es interesante leer la Gaudium et Spes, 16.

¡Qué maravillosa es la libertad del cristiano!

8 comentarios:

  1. Sin duda es un texto de juventud, con el que ahora él no estaría de acuerdo. Si en caso de conflicto entre el Magisterio y la conciencia ha de ganar la conciencia ¿para qué sirve el Magisterio?, ¿sólo para la gente infeliz que no nos planteamos dudas?

    La Iglesia es infalible, no sólo el Papa, la propia Iglesia, y aunque muchas veces sea muy doloroso ceder a lo que dice, es preciso hacerlo. A veces, cuando crecemos, acabamos comprendiendo cosas que años antes nos parecían errores.

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  2. Yo no creo que vayan por ahí los tiros... no creo que se refiera a un conflicto conciencia- Magisterio.

    Este tema es complejo, porque tendríamos que hablar de la conciencia, los juicios rectos, erróneos, la ignorancia vencible, la invencible...

    Pongo este texto aquí por si aclara algo la cuestión:

    (...) Por tal motivo, el Cardenal Ratzinger analizando aquella famosa expresión de Newman, 'si yo tuviera que llevar la religión a un brindis después de una comida... desde luego brindaría por el Papa. Pero antes por la conciencia y después por el Papa', la entiende en el sentido de que es la conciencia, o más bien, la necesidad de que la conciencia sea custodiada, iluminada y preservada del error, lo que explica el Papado. 'Sólo en este contexto, escribe Ratzinger, se puede comprender correctamente la primacía del Papa y su correlación con la conciencia cristiana.

    El significado auténtico de la autoridad doctrinal del Papa consiste en el hecho de que él es el garante de la memoria [53] . El Papa no impone desde fuera, sino que desarrolla la memoria cristiana y la defiende. Por eso, el brindis por la conciencia ha de preceder al del Papa, porque sin conciencia no habría papado.

    Todo el poder que él tiene es poder de la conciencia: servicio al doble recuerdo, sobre el que se basa la fe que debe ser continuamente purificada, ampliada y defendida contra las formas de destrucción de la memoria, que está amenazada tanto por una subjetividad que ha olvidado el propio fundamento como por las presiones de un conformismo social y cultural' [54] .

    Algo semejante dice la Veritatis Splendor : 'La autoridad de la Iglesia, que se pronuncia sobre las cuestiones morales, no menoscaba de ningún modo la libertad de conciencia de los cristianos; no sólo porque la libertad de conciencia no es nunca libertad «con respecto a» la verdad, sino siempre y sólo «en» la verdad, sino también porque el Magisterio no presenta verdades ajenas a la conciencia cristiana, sino que manifiesta las verdades que ya debería poseer , desarrollándolas a partir del acto originario de la fe. La Iglesia se pone sólo y siempre al servicio de la conciencia , ayudándola a no ser zarandeada aquí y allá por cualquier viento de doctrina según el engaño de los hombres (cf. Ef 4,14), a no desviarse de la verdad sobre el bien del hombre, sino a alcanzar con seguridad, especialmente en las cuestiones más difíciles, la verdad y a mantenerse en ella'


    Con respecto a la infabilidad... para ser más exactos debemos decir que no toda la Iglesia (porque Iglesia somos todos los bautizados) goza de infabilidad sino que ésta se ejerce de de la siguiente manera:


    # El Papa goza de esta infalibilidad cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles, proclama en forma solemne y definitiva una verdad de fe o de moral. Entonces decimos que el Papa habla ex-cáthedra.

    # El Colegio episcopal, integrado por los obispos, también goza del carisma de infalibilidad cuando ejerce su magisterio en unión con el Papa, sobre todo cuando participa en un concilio ecuménico.

    # El carisma de infalibilidad también se ejerce cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo un dogma, algo que se debe aceptar como revelado por Dios para ser creído. Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación.

    # Cuando los obispos enseñan en comunión con el Papa, proponiendo enseñanzas que conducen a un mejor entendimiento de la Revelación dentro del magisterio ordinario, no son infalibles pero los fieles debemos adherirnos a sus enseñanzas con obediencia y docilidad.

    Resumiendo, la infabilidad compete a la Iglesia jerárquica.

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  3. No me complico para nada.
    Todo, todo, todo, lo tengo puesto en las manos omnipotentes de Nuestro Señor y no me hace falta nada más.
    Así soy felicíiiiiiiiiisima. Y la vida no es fácil para nadie, incluída la menda lerenda.
    No hay dudas si está Él en nosotros. Es la máxima libertad y seguridad para no equivocarnos.

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  4. C, esa es la clave de la felicidad y del acierto.

    Imitar a Jesús, seguir a Jesús, poner en práctica lo que nos enseña, vivir según el Evangelio... de ese modo sabemos que estamos firmes y seguros en la Verdad.

    Como diría Sta Teresa, "no habría menester otro milagro para canonizarlos"

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  5. ¡La Verdad absoluta se esconde en las palabras de Cristo! Con ellas se terminan las dudas por duras que sean.
    ¡Cuánta razón tenía Santa Teresa! Mujer firme, recia y enamorada de Cristo, que tendrían que leer las mujeres, y los hombres también, de este puñetero siglo.

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  6. fernando, me he dado cuenta de que he escrito mi respuesta muy al estilo de la Teología Apofática, es decir, muy de lo que "no- es" sin decir lo que realmente "es" jaja.

    Después de haber dejado claro que yo no lo entiendo como conflicto entre conciencia-Magisterio, voy a explicar en qué sentido lo entiendo yo.

    Yo creo que se refiere a la autoridad pero más bien a nivel disciplinario. Es por eso que habla de la conciencia como antídoto de cualquier tipo de totalirarismo y después afirma que es precisamente eso lo que zafa a la autoridad religiosa de ese tipo de tentación (porque la autoridad religiosa nace del servicio y no de la mera imposición extrínseca).

    Ilustrarté esto con algunos ejemplos, por si así se ve más claro:

    Tú eres un alemán que vive en el año 1942 (por ejemplo) y el ejército nazi te recluta.
    Tu superior te ordena que le pegues un tiro a un niño judío; ¿qué harías?

    Eres una persona incardinada en una cadena de mando piramidal, jerárquica y, en consecuencia, debes obedecer una orden directa de un superior sin cuestionarla (disciplina marcial) pero, al mismo tiempo, tu conciencia te dice que matar a un niño (o adulto) inocente está mal... ¿qué harías?

    Otro ejemplo; Eres una persona que se ha consagrado en una orden religiosa. Tu superior, en virtud del voto de obediencia, te pide que hagas algo que va contra tu conciencia (por ejemplo, mentir o encubrir etc...), ¿qué harías? ¿cumplir el voto de obediencia o quebrantarlo siguiendo la conciencia?

    Puede que me equivoque, posiblemente lo haga, y Ratzinger pensaba en otra cosa cuando lo escribió0, pero al menos para mí este era el sentido del texto.

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  7. Habría que leer el resto del texto, claro está, pero yo interpreto este fragmento de Ratzinger en el sentido de que, un papa, por muy infalible y muy papa que sea, no puede ordenar a nadie que quebrante un mandamiento de la ley de Dios, por ejemplo. Si parece inconcebible que un papa mande cosa semejante, véanse algunos que ha dado la historia, como nuestro paisano, el célebre Alejandro VI.

    Distinta cuestión es que estemos peleados con nuestra conciencia, o directamente orates, como esos curas que ayudan a abortar o predican la lucha de clases.

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  8. PAINted, yo no lo hubiera dicho mejor.

    Muchas gracias por su participación.

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