jueves, 22 de julio de 2010

Características del acto de fe (II)

Perdonad que tarde tanto en actualizar... pero ya sabéis lo que ocurre en verano.



III. TENEMOS RAZONES PARA CREER: RACIONABILIDAD



Aunque la Filosofía y otras formas de ejercitar la razón han llevado a muchas personas hasta los umbrales de la fe, ésta no suele ser una consecuencia del razonamiento humano. Más bien, el proceso es el inverso: que el creyente, que llegó hasta la fe por los caminos más dispares e insospechados, se cuestione en algún momento de su vida si creer en Dios por Jesucristo es una opción razonable e intelectualmente seria.

Semejante inquietud es más frecuente hoy que en otros tiempos. El progreso de las ciencias ha dado respuesta a numerosas tareas que teníamos encomendadas a Dios. Por otra parte, el desarrollo de los saberes ha puesto en tela de juicio la posibilidad misma de conocer la verdad como tal. Y finalmente, un conocimiento más riguroso de la Escritura y de la historia del Magisterio de la Iglesia puede sembrar inquietudes en el corazón del creyente. A veces, bajo actitudes de certeza inquebrantable pueden ocultarse miedos al ejercicio de la razón, que desembocan luego en diversas formas de fundamentalismo.

De ahí la importancia de la encíclica Fides et ratio, que ha venido a decirnos que la fe no tiene nada que temer de la razón ni de su búsqueda. Entre un racionalismo que pretendiera demostrar la verdad intrínseca de la fe; y un fideísmo que prescindiera de la razón como de algo inútil o nocivo, la Iglesia ha optado desde siempre por la postura que nos enseña que la fe es razonable. Es decir, que tenemos razones serias y suficientes para creer. A esta conclusión llegamos por tres caminos diferentes y complementarios, aunque tal vez sea preferible decir que llegamos por un único camino que tiene tres dimensiones que se sustentan y complementan entre sí.


En el próximo post veremos estos tres caminos:

-El de la razón
-El de la Revelación
-El de la oración

3 comentarios:

  1. No hay más camino que esos tres, sin dudarlo. Y si tengo que quedarme con uno para mí solita, me quedo con la oración que te lleva de la mano sin más razones, revelaciones y humildemente. ¡Es tan importante hablar con el Señor!. No me hace falta más para ser inmensamente feliz.

    Un fuerte abrazo

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  2. Hola, Andy, ¿te leíste la Fides et ratio? En una época en que estudié el Catecismo ví que la citaban mucho, a pie de página, y tuve la tentación de leerla. Luego se me ocurrió que debía ser difícil para un analfabeto como yo, y no me atreví. ¿Tú te animaste? ¿Es una lectura recomendable, o mejor empezar por algo más suave??

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  3. Cristina, ¡es que eres una santa!. Recuerda lo que decía Santa Teresa "No es otra cosa oración mental, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama".

    Fernando, yo creo que alguien como tú está más que capacitado para leerla. La Fides et Ratio es sencilla y sistemática. Creo que te podría ser muy interesante para darte una visión global sobre este tema.

    Te dejo aquí el enlace de la misma:

    http://www.vatican.va/edocs/ESL0036/_INDEX.HTM

    Un abrazo a los dos.

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