Al ver la noche Adán, por vez primera,
Que iba borrando y apagando el mundo,
Creyó que al par del astro moribundo
La creación agonizaba entera.
Mas luego, al ver lumbrera tras lumbrera
Dulce brotar, y hervir en un segundo
Universo sin fin, vuelto en profundo
Pasmo de gratitud, ora y espera.
Un sol velaba mil: fue nuevo oriente
Su ocaso, y pronto aquella luz dormida
Despertó al mismo Adán, clara y fulgente.
¿Por qué la muerte al ánimo intimida?
Si así engaña la luz tan dulcemente
¿Por qué no ha de engañar así la vida?
Blanco –White
¡¡Qué bonito!!
ResponderEliminar¿De dónde has sacado este precioso poema?
ResponderEliminar¿Te imaginas que no supiéramos que existe la noche y todo se volviera oscuro y negro? ¡Qué horror! ¿no? Sería como el final de un precioso cuento lleno de luz.
Pero Dios es muy, muy grande y permitió que viésemos el día y la noche para que comparemos la vida con la muerte.
Gracias por todo Andy. Eres un sol.
Un besazo
Fernando, me alegra mucho que te guste!
ResponderEliminarCristina, gracias por el cumplido, ¡no se merece!
El poema es de Blanco White, un hombre con el que no estoy de acuerdo en muchas cosas, pero al que le valoro lo bueno (como esta poesía)
Me imagino que la "primera noche" tuvo que ser espantosa...y el "primer amanecer" tuvo que ser algo muy místico, en definitiva y como dices, nos recuerda a la muerte,pero también a la vida.
Un abrazo a los dos.
Muy bonito, sí señor, y un hallazgo, porque este autor está hoy un poco olvidado.
ResponderEliminarMuchas gracias por su comentario señor PAINted!
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