domingo, 13 de junio de 2010

Él


Al acabar el primer año de Teología podría hacer un balance de cuánto he aprendido, de cuántas veces he echado por tierra mis esquemas para reconstruirlos, de los amigos que he hecho, del sol en el claustro, de las risas, de lo "Numinoso"...

Si algo me ha quedado claro de este año es que para hacer Teología hay que ser muy humilde, hay que estudiarla de rodillas y en actitud de agradecimiento.

En mi opinión hacer Teología no es más que el balbuceo de los niños que tratan de comunicarse con sus padres, es un intento intelectual, muy valioso y necesario ciertamente para "dar razones de nuestra esperanza" como nos exhorta Pedro, pero que no puede aspirar a abarcar a Dios en su totalidad ¡ni mucho menos!

Cuando lo estudiamos mediante la analogía del ser... vemos que es más la desemejanza que la semejanza.
Cuando lo estudiamos a través de las cosas creadas (Sabiduría 13) vemos que tales cosas son bellas, buenas, verdaderas y sorprendentes... pero apuntan a una realidad aún mayor e indescriptible.
Cuando lo estudiamos a través de la filosofía vemos que el "ser necesario", la "realidad fundante","aquel que comunica necesidad pero no la recibe", "el motor inmóvil", "la unión del ser debitorio con el ser en acto"...se quedan cortos para definir a Aquel que ES (Éxodo 3).
Cuando lo estudiamos desde la antropología y la fenomenología vemos que el acto de creer es universal, que el misterio del hombre (libertad, inteligencia, autoconciencia) apunta a un hacedor,analizamos las distintas concepciones del ser humano, la contingencia, la paradoja de la muerte... sí, pero en definitiva el hombre es un misterio porque es imagen y semejanza del misterio por excelencia, Dios

Y las Sagradas Escrituras...Os digo algo, cuanto más estudio la figura de Jesús más me impresiona, más me conquista.
Si algo he descubierto con mayor hondura es cuantísimo nos ama Dios y, cosa muy importante, que la iniciativa de ese amor siempre viene de ÉL: "En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados” (1 Jn 4, 9-10)

Si amigos, la iniciativa siempre viene de Dios. Jesús en su vida terrena también elegía a sus discípulos, la llamada comenzaba con su mirada (aquí encontramos una discontinuidad histórico- social importante, ya que en tiempos de Jesús eran los discípulos los que elegían al maestro) y elegía a los que Él quería, que por lo general, eran los humildes, los marginados y los considerados "impuros" por la concepción religiosa de su tiempo.

En Jesús culmina la revelación progresiva de Dios...con Jesús se revela quién es Dios, Abbá, nuestro Padre, y qué es Dios, "Dios es amor" ( 1 Jn, 4-16) Esta revelación implica que el amor es la única razón y el motivo único de toda su actuación con respecto a nosotros. Nos crea por amor, nos conserva en el ser por amor, nos elige y nos llama en Cristo por amor, y por amor nos predestina, desde toda la eternidad, a ser hijos suyos en su único Hijo, por una real configuración e identificación mística con él.

Si amigos...el misterio del Verbo hecho carne...¡¿os dáis cuenta?! ¡ya no debemos buscar a Dios en las alturas, en la lejanía! ¡lo tenemos que buscar en nosotros mismos!. En efecto, he aquí un gran y hermoso misterio...Dios está presente en nosotros, en nuestra inmanencia y, al mismo tiempo, en la trascendencia. "¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, que tenéis de Dios, y que no sois vuestros?" (1 Cor. 6:19).

4 comentarios:

  1. Qué post más profundo. ¡ que luego digan que leer blogs es una pérdida de tiempo y que uno no aprende nada!

    Es una lástima que con un tesoro tan rico de teología, como tenemos en la Iglesia, los católicos normales, los laícos, no nos molestemos en estudiar un poquito. Con el paso de los años la fe queda reducida a 4 o 5 ideas elementales, con las que es difícil mantener una discusión.

    Suerte con los exámenes que te quedan.

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  2. Muchísimas gracias Fernando, eres muy amable.

    Los cristianos del tercer milenio debemos ser personas preparadas, no sólo en la Sagrada Teología, sino también (y más importante) en la oración. Tenemos que ser místicos, muy al estilo de Santa Teresa que combinaba a la perfección lo místico con lo profano, de lo contrario los cristiano tendremos poco que decir al mundo actual.

    En fin, recuerda que "No se ama lo que no se conoce" o como decía Santo Tomás "El conocimiento es causa del amor por la misma razón por la que lo es el bien, que no puede ser amado si no es conocido (Suma Teológica, 12, q. 27, a. 2).

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  3. Ay, Andy, eso estaría bien, pero por desgracia no es así, ya lo sabes. ¿Sería tan difícil que los laicos estudiáramos un poquito, tuviéramos una vida piadosa moderadamente exigente? Ya sabes que en la mayoría de nosotros la respuesta es 0, y encima nos creemos muy buenos por cumplir con la Misa del domingo y llevar una vida más o menos honesta.

    Me gustaría pensar que todo es un bache, que si uno pudiera ver la Iglesia de dentro de 100 o 200 años, cuando nosotros estemos muertos, todo volvería a ser como en los años dorados de la Iglesia.

    Qué tono meláncolico, debe ser el mal tiempo de Madrid.

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  4. Te entiendo perfectamente... pero no hay por qué ponerse negativo...los grandes santos también tuvieron una vida muy disipada, muy tibia...hasta que se entregaron por completo al Señor. Un ejemplo es Teresa de Jesús (lo sé, me repito mucho con ella, es debilidad, jaja). Ella entró a la vida religiosa con 20 pocos años...pero su conversión verdadera no llegó hasta los 40, ¡ y es doctora de la Iglesia!

    No te preocupes, que la barca de Pedro ha pasado por tormentas más recias. El Señor nos llevará a buen puerto, a una purificación mayor.

    Un abrazo

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