Hoy os traigo un fragmento de J. Martín Velasco, una verdadera eminencia en Teología y Fenomenología del hecho religioso, que creo que define muy bien la experiencia religiosa:
"La vivencia de la experiencia (religiosa) comporta en la zona de las emociones y los sentimientos: alegría y padecimiento; exultación y serenidad; entusiasmo que saca de sí y reconciliación interior; sobrecogimiento y fascinación; respeto reverencial y amorosa intimidad; seguridad absoluta y exposición al máximo riesgo; sentimiento de plenitud y radical vaciamiento; sentimiento de indignidad y autoestima agradecida... Reflejarían, pues, la condición `pascual´de toda experiencia de Dios que exige del hombre atreverse a perder su vida para salvarla".
Los místicos estarían "tocando" toda esta fenomenología ¿no?
ResponderEliminarEsa vivencia tiene que ser maravillosa y se debe vivir muy cerquita de Dios.
Te lo copio, si no te importa.
Me ha encantado.
Está muy bien descrito, Andy.
ResponderEliminarHay personas ateas en que la ausencia de Dios lleva a estos mismos sentimientos, y eso puede generar histeria y locura. El sí pleno a Dios, propio de los místicos, puede llevar a la locura si lo aplicas al Mundo, el sí al Mundo como si fuera el sí a Dios, y lo mismo con los demás sentimientos que cita el texto.
El ateísmo como fuente de la neurosis.
C, Fernando, muchas gracias por comentar.
ResponderEliminarEn realidad, dichas sensaciones las podemos experimentar los creyentes de a pie. Alegría por sentirse amado por Dios y padecimiento por sentir que no le correspondemos bien. Exultación por sentirse querido y salvado y serenidad al afrontar el día a día, sentimiento de indignidad por nuestros pecados y autoestima agradecida por sentirse comprendido y amado etc...
Gracias