domingo, 12 de septiembre de 2010

¿Expulsión del Creador?


Parafraseando a Stephen Hawking, podríamos decir que “expulsar al Creador” ha sido una de las prioridades esenciales de los defensores de las teorías de la “auto-creación” del Universo. Ahora bien, si se quiere ser racionalmente riguroso (por lo que los prejuicios filosóficos e ideológicos deberán ser dejados a un lado), nos toparemos con el hecho de que, aun aceptando la hipótesis de que el Universo se autocreara a sí mismo, no se puede obviar racionalmente la referencia de un Creador. ¿Por qué?

Por la sencilla razón de que el Universo tiene un origen, sea cual sea este, y una estructura que es resultante de unas leyes físicas que le hacen ser como es. Pues bien, si el Universo se crea a sí mismo lo hará porque determinadas leyes físicas le hacen originarse. Ahora bien, ¿cuál es el origen de estas leyes? Ellas no pudieron, ni originarse con el Universo, puesto que han de ser de alguna manera anteriores a él para poder originarle, ni pudieron originarse a sí mismas, pues nada puede ser causa-efecto de sí mismo. De este modo, aún aceptando la consideración del Universo como “no objeto”, aun aceptando la hipótesis de que el Universo fuera autocontenido y se autocreara, desde la razón no podemos vetar la aceptación de la existencia de un Logos, de una Racionalidad Creadora, de un Creador.

La ciencia que estudia la “creatividad natural” se encuentra, de este modo, ante la paradoja de que la explicación de los fenómenos creativos no se alcanza por ninguno de los resultados de la creatividad natural: el efecto convertido en causa de sí mismo implica el absurdo de tener que operar antes de existir para poder causarse a sí mismo. Dicho en otras palabras: el ser y el operar de la naturaleza no pueden surgir de operación natural alguna por más creativa que esta sea.

Además, la propia “creatividad natural” implica en sí una racionalidad, pues en el desarrollo de la naturaleza no solo son importantes el “dinamismo” y la “modelización” (el surgimiento de nuevos modelos o estructuras espacio-temporales), sino también la “información”. La naturaleza funciona como un conjunto de “instrucciones” que se almacenan, codifican y descodifican haciendo posible los disímiles sistemas naturales; una especie de “racionalidad materializada” con funciones muy específicas y ordenadas; en sintonía muy ajustada con otros procesos y sus instrucciones propias.

La “información” actuante en la naturaleza permite, de este modo, percibir una serie de potencialidades que se despliegan como siguiendo un meticuloso plan y esto hace de nuestro Universo un mundo de diversos niveles de complejidad emergente, abierto a nuevas estructuraciones en función de las latentes potencialidades existentes y la interacción con el propio medio, con el propio entorno.

De este modo, los fenómenos evolutivos naturales que han sido estudiados y asimilados en la cosmovisión contemporánea, están muy lejos de presentarse como ciegos u ontológicamente azarosos; antes bien, la nueva cosmovisión ha obligado a una reinterpretación de los fenómenos evolutivos a partir de la noción de auto organización: en el Universo hay una combinación de fenómenos azarosos y fenómenos necesarios, de variaciones y selecciones, que permiten registrar una real direccionalidad en los fenómenos evolutivos.

De este modo, la Cosmología cuántica no conculca sino que remarca la condición de “objeto” del Universo, pues este continúa siendo un ente independiente, cerrado, original y único, aunque teóricamente se hayan podido desarrollar “universos paralelos” que en su conjunto seguirían siendo y significando en sí: “el Universo”.


Por otro lado, la referencia a una causalidad infinita como explicación, se toparía con el hecho de que cada causa sucesiva de la que se quisiera derivar nuestro Universo tendría las mismas características que el Universo mismo, por lo que el fundamento o la causa del Universo en su conjunto debe serle ajena, independiente y no derivada de él; y con ello se mantienen las eternas interrogantes del ser humano: ¿cómo ha tenido origen el Universo?, ¿tendrá un fin?, ¿cuál es el lugar del hombre en el cosmos?

Al respecto, resulta interesante un episodio ocurrido entre Stephen Hawking y al Papa Juan Pablo II; episodio que hiciera público en el año 2004 monseñor Józef Zycinski, arzobispo de Lublin, Polonia.
Albert Einstein en el paraninfo de la Academia de Ciencias de La Habana, 1930.
Albert Einstein en el paraninfo de la
Academia de Ciencias de La Habana, 1930.


Refiere Zycinski que poco tiempo después de que Hawking expusiera en el Vaticano (Hawking es miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias), ante la presencia del Papa Juan Pablo II su modelo sobre un Universo auto-creado (autocontenido), comentó en varias ocasiones que esperaba –como en el caso Galileo– una condena por parte de la Iglesia ; pero que el Papa Juan Pablo II lo había decepcionado, pues, sin sentirse agraviado, había escuchado su versión de la “Creación del Universo”, en la que no se hacía la más mínima mención de Dios.

Continúa narrando monseñor Zycinski que, en un encuentro con el Papa en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, tuvo ocasión de comentarle que Hawking estaba decepcionado por no haber recibido condena alguna de su parte, a lo que el Papa Juan Pablo II respondió:

“¿Por qué tendría que haberme puesto a discutir con él? Un físico no debe hablar de un Dios creador: eso es tarea de los teólogos. Pero un físico no puede impedir que un teólogo haga preguntas del tipo: ¿por qué existen leyes que gobiernan el Universo o por qué se puede usar un lenguaje matemático? No creo, concluía el Papa Juan Pablo II, que Hawking se oponga a tales preguntas. Es por eso que no veo motivo alguno para un conflicto”.


PS: Estoy muy contento porque este es el post número 100 de mi blog. Muchísimas gracias a todos mis lectores. Que el Señor os bendiga.

3 comentarios:

  1. Andy: ¡¡¡Enhorabuera por tu texto nº 100!!!
    Me encantaría leerlo, pero con la llegada a casa, no tengo tiempo nada más que para enviarte un fuerte abrazo y decirte que p'alante.

    Que el Señor a ti te colme también de gracia y bendiciones.

    Un fortísimo abrazo

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  2. ¡¡Felicidades!!, te nos has críado solo. Parece que fue ayer cuando hacías el post sobre una imagen sonriente de Jesús, al inicio del todo.

    Y ¡¡felicidades!!, también, por el 3-5 al Zaragoza, qué inicio tan prometedor.

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  3. Capuchino, muchísimas gracias por la felicitación y no te preocupes, ya lo leerás cuando puedas, con calma. Un abrazo.

    Fernando, ¡muchísmas gracias!. Este blog se ha criado con vuestra ayuda, desde el inicio fuí arropado por vosotros y, hasta ahora, me acompañais por esta andadura cibernética... ¡y que sea por muchos años!

    Que el Señor os bendiga... ¡gracias de corazón!

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