viernes, 7 de mayo de 2010

Edith Stein (y II)



"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir"
Albert Einstein.


A partir de su conversión al Cristianismo inicia una nueva etapa en su pensamiento filosófico. Se dedicará al intenso estudio de las obras de Santo Tomás de Aquino y del Beato Duns Escoto. Sin negar su primera etapa como fenomenóloga estrictamente husserliana, y tomando como base filosófica sus primeras obras filosóficas de antropología, escribirá "Potenz und Akt" una primera obra de metafísica y ontología en la que dialogará con el pensamiento de Hedwig Conrad-Martius. Esta obra es un estudio profundo acerca de los primeros principios metafísicos del ser: el acto y la potencia y de qué manera se desvelan éstos en el ser humano.

Posteriormente escribirá "Ser Finito y Ser eterno" (Endliches und Ewiges Sein), su obra magna, en la que desarrollará toda una metafísica inspirada en la filosofía de Santo Tomás y la fenomenología de Husserl, resultando así, una de las últimas tomistas más originales de la historia de la filosofía. Sin embargo, sería un error encasillar el pensamiento de Stein como mera 'teología filosófica': es un pensamiento sumamente original y que, debido a los grandes prejuicios laicistas de los filósofos, no le ha sido dado el lugar que le corresponde en la historia de la filosofía.

En 1933, después de dar cursos y conferencias sobre el tema de la mujer y la pedagogía, ingresa al Convento de las Carmelitas Descalzas de Colonia, donde toma el hábito de dicha orden, con el nombre de Sor Teresa Benedicta de La Cruz. El 31 de diciembre de 1938 es enviada al Carmelo de Echt (Holanda), donde parece estar fuera de peligro por no ser conocida de la población ni de los ocupantes alemanes.

Sin embargo, como represalia por la pastoral de los obispos holandeses contra la deportación de judíos practicada por los nazis, es arrestada el día 2 de agosto de 1939 por la Gestapo junto a su hermana Rosa (también convertida al catolicismo), y llevada con otros religiosos y religiosas al campo de concentración de Amersfoort, dos días más tarde al de Westerboork (Holanda). Es enviada al campo de exterminio nazi de Auschwitz. La llevaron a la barraca 36, siendo marcada con el Nº 44.074 de deportación, para morir, como judía y mártir de la fe cristiana a los 51 años de edad, víctima del Ciclón B: Ácido Cianhídrico; la ducha anunciada, en vez del agua deseada, emanó el tóxico ciclón B de la muerte casi instantánea. Su cuerpo sin vida fue calcinado con leña en agosto de 1942. Las cenizas o huesos de la Hna. Edith se arrojaron en el campo adyacente.

Mujer de singular inteligencia y cultura, ha dejado numerosos escritos de elevada doctrina y de honda espiritualidad.

En 1962 se inició su proceso de beatificación. Teresa Benedicta de la Cruz, considerada por el catolicismo mujer hija de Israel, Mártir por la fe en Cristo y Víctima del exterminio judío, fue beatificada por Juan Pablo II en Colonia, el 1 de mayo de 1987. Su fiesta se celebra en el Carmelo Teresiano y en la Iglesia Católica el 9 de agosto.

El Papa Juan Pablo II canonizó a la judía, filósofa, monja, mártir y beata, Teresa Benedicta de la Cruz de la Orden del Carmelo, el 11 de octubre de 1998 en la Basílica de San Pedro en Roma. Fue también este Papa quien la declaró co-patrona de Europa el 1 de octubre de 1999, en el marco de la apertura del Sínodo de Europa.


5 comentarios:

  1. ¡Madre mía! ¡Pobrecita y que vida tan ejemplar!. Me interesa muchísimo. No la conocía y como mi primer colegio fue el de las Carmelitas Descalzas me gustaría saber más de esta magnífica y santa mujer.

    Muchas gracias, Andy.

    Que estudies mucho y de su fruto. Me acordaré de ti.

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  2. Me veía yo venir que esto acabaría así. Bien pudiera esta buena mujer compartir con Maximilian Kolbe el patronazgo del sangriento siglo pasado.

    Por cierto, aprovecho para hacerle llegar la cita de que le hablé esta mañana:

    Un adagio sagrado dice que el orgullo es el principio de nuestros crímenes. Creo que se pudiera muy bien añadir: y de todos nuestros errores. Él es quien nos extravía, inspirándonos un infausto espíritu de altercado, que hace que busquemos dificultades para tener el placer de disputar, en vez de someternos al hecho probado; pero muy engañado estoy si los contendientes no sienten ellos mismos en su interior que es enteramente vano. ¡Cuántas disputas cesarían si todo hombre se viera obligado a decir lo que siente!

    Joseph de Maistre. Las veladas de San Petersburgo, IV.

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  3. ¡Muchas gracais a ti Capuchino!
    Me alegra que te interese y, especialmente, que te acuerdes de mí para mi examen de teología.(Lo sé, esto último es un poco egoísta,lo reconozco, jaja)

    PAINted, muchas gracias por su comentario y por traerme al blog este fragmento de Maistre que, como bien dice, habíamos estado comentando.
    Desde luego tiene razón al decir que el orgullo es el principio del pecado y también de nuestros errores...cuántas veces no aceptamos la verdad por el orgullo...

    Al mismo tiempo tengo que decir que, distanciándome un poco de Maistre, la sana confrontación de ideas es algo enriquecedor y nos ayuda a ampliar nuestros horizontes en la búsqueda de la verdad...claro que, es cierto, algunas personas no pretenden encontrar la verdad sino el placer de la confrontación, bien por ego, bien por diversión intelectual.

    Un abrazo a ambos

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  4. Hola, Andy. He vuelto a entender sólo un poco de las ides filosóficas que pones. E impresionante el final, la muerte en un campo de concentración por judía y por monja católica. ¿Qué pasaría por su cabeza en esos meses finales, cómo habría relacionado todos sus estudios y escritos con esas vivencias terribles, qué obra nos habría dejado si la hubieran dejado escribir en esos momentos?

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  5. Hola Fernando!

    Pues yo creo que sería algo como su Ciencia de la Cruz...

    Ella fue "crucificada con Cristo" (Gal 2, 19)

    Muchas gracias por comentar.

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