domingo, 22 de julio de 2012

Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto


 El evangelio de Mateo presenta el Sermón de la Montaña como el cumplimiento de la Torah: como Moisés subió al monte Sinaí para recibir la Torah, así Jesús sube 'al monte' para entregar al pueblo la nueva Ley.
 
I.«Habéis oído que se dijo a los antepasados: “no matarás”, y aquel que mate será reo ante el tribunal
Pues yo os digo: todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal..»
 
II. «Habéis oído que se dijo: “ no cometerás adulterio”.
Pues yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón...
 
III.«También se dijo: el que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio."
Pues yo os digo: todo el que repudia a su mujer... la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio.»
 
IV.«Habéis oído también que se dijo a los antepasados: “no perjurarás...”
Pues yo os digo: que no juréis en modo alguno...»
 
V.«Habéis oído que se dijo: “ojo por ojo y diente por diente”.
Pues yo os digo: no os resistáis al mal; antes bien, al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra...»
 
VI.«Habéis oído que se dijo: “amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”
Pues yo os digo: amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos...»


En este sermón tenemos las antítesis, "habéis oído que se dijo (...) pero yo os digo". Este "habéis oído que se dijo" es lo que se denomina pasivo divino, que es una forma verbal hebrea para evitar nombrar a Dios.

Justo en esto reside el escándalo, Jesús nivela sus enseñanzas a las de Dios, a la Ley entregada a Moisés. Él no explica la Ley argumentando con otros textos de la Escritura, sino que la corrige con su propia autoridad. Con todo, debemos señalar que Él no vino a abolir la Ley, sino a llevarla a su verdadero cumplimiento, a su plenitud, libre de todo añadido o desvirtuación.

En Jesús vemos que hay una propuesta de libertad radical, él es el hombre libre por antonomasia, aquel que no teme perder su reputación, que no está anclado a falsas seguridades, al tener, a lo preestablecido... Él posee la libertad verdadera, aquella que viene de Dios mismo que, lejos de ser un rival para el hombre, es su mejor valedor.

Bien mirados, estos preceptos parecen impracticables y contrastan con nuestra debilidad. Como me decía un anónimo comentarista, los que nos consideramos seguidores de Jesús no somos mejores que nadie, no estamos exentos de las mismas debilidades que el resto de seres humanos. Intentamos imitar a Jesús, con nuestros muchos defectos. 

Precisamente en esa aparente "impracticabilidad" que señalábamos más arriba, sacamos dos conclusiones que son de vital importancia:

1- Esa distancia es la que evita que caigamos en la "religión del mérito" y nos recuerda la importancia capital de la Gracia.

2- Se pone de manifiesto que esta vida en libertad, el estilo de Jesús, sólo es posible desde Dios, apoyándonos en Él.

La conclusión del Sermón de la Montaña, el cierre de las antítesis que hemos comentado es el "sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto". Jesús nos sitúa en este momento en tensión, en un continuo avance hacia la perfección que, lejos de conquistarse de una vez para siempre, es un camino que no cesa, que nos indica que la auténtica humanidad es mucho más profunda y exigente que los preceptos anteriores, pues el ser humano está llamado a ser un hombre nuevo, divinizado, cuyo referente es Aquel de quien somos imagen y semejanza.

Como decíamos, Jesús se enfrenta a la Ley no para destruirla, sino para eliminar todos los añadidos que deshumanizan, pues el ser humano está llamado a algo más profundo que vivir heterónomamente una ley, está llamado a vivir en Dios y desde Dios.

Como decía S. Ireneo,Gloria enim Dei vivens homo, vita autem hominis visio Dei”.  "Porque la gloria de Dios es el hombre vivo, y la vida del hombre es la visión de Dios"



PD: He estado todos estos días sin aparecer por los mundillos blogueros porque he tenido el ordenador fuera de servicio. No he tenido acceso a él hasta hace unos días.

lunes, 2 de julio de 2012

¡Campeones!



 
Pensé que íbamos a sufrir mucho más, como con Portugal, pero lo cierto es que la final con Italia fue poco menos que un paseillo. Los nuestros demostraron coraje, fuerza, compañerismo, agilidad, deportividad... Realmente nos hicieron disfrutar a lo grande, con un 4-0 que pasará a los anales de la historia del fútbol.

No se podrá decir que España ha ganado por suerte, ha ganado porque ha sido nuevamente el mejor de Europa (y del mundo). Ahora hay que celebrar con orgullo la victoria, pues tenemos un equipo que ha encadenado tres victorias seguidas, un equipo que, en definitiva, es ya una leyenda.

Algunos enlaces:




PD1: Nos hacía falta una alegría nacional, aunque sea deportiva.
PD2: Martina, lo siento por tu selección ;)