martes, 31 de agosto de 2010

IV JORNADA PARA LA SALVAGUARDIA DE LA CREACIÓN


El 1 de septiembre tendrá lugar en Roma la IV Jornada para la salvaguarda de la Creación, promovida por la Conferencia Episcopal Italiana junto con la Iglesia Ortodoxa, que viene a recordarnos el carácter sagrado del mundo y el deber de cuidarlo ya que, como nos ha recordado el Santo Padre, "Tenemos, de hecho, el deber de entregar la tierra a las nuevas generaciones en un estado tal que también ellas puedan habitarla dignamente y conservarla ulteriormente. ¡Que el Señor nos ayude en esta tarea!”

Ante el trato irreverente hacia lo creado, la codicia en el uso de los recursos naturales, el egoísmo y la irresponsabilidad se impone la cordura, el respeto y el cuidado de este gran regalo que nos hace Dios, el mundo, nuestro maravilloso hogar.

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!

Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!


miércoles, 25 de agosto de 2010

Una historia milagrosa

Alexis Carrel


Me dispongo a contaros una historia tan real como sorprendente pero, considero oportuno, aclarar antes una cuestión que es fundamental en la misma; ¿Qué es un milagro?

-En primer lugar diremos que el gran milagro de Dios es Jesucristo, la Palabra, el Hijo que se ha hecho humano como nosotros y por nosotros. Él es el inicio de la nueva creación y la plenitud de todo cuanto existe. Dejando esto claro podemos seguir a René Latourelle y afirmar que el milagro "representa entonces una anticipación al orden escatológico, cuando haya un cielo nuevo y un mundo nuevo: Es el futuro que invade el presente y le da su sentido, puesto que se manifiesta ya la dynamis transformadora de Dios actuando en nuestro mundo".

-En efecto, el milagro es pues muestra de la misericordia y del amor que Dios nos tiene, es una prenda de esperanza que nos trasmite el siguiente mensaje "estoy con vosotros, el mal será vencido en el futuro que os tengo preparado"; en definitiva los milagros son cauces de una llamada de Dios y de su presencia, es por ello que al milagro físico suele sucederle el milagro moral, la conversión.

Comencemos con la historia:



El 28 de mayo de 1902, Marie Bailly, enferma de peritonitis tuberculosa, moribunda, era una peregrina más al santuario de la Virgen de Lourdes. Con ella viajaba el joven médico Alexis Carrel, que estudió la enfermedad de la mujer y llegó a afirmar con cierta ironía “si esta mujer se cura en Lourdes yo me meto a monje”.

Llegados por fin a destino, se introdujo la mujer en el agua con ayuda de unas enfermeras y quedó instantáneamente curada. A partir de aquí se inició un proceso habitual y perfectamente establecido, que inicia el Bureau Medical de Lourdes, creado en 1884 como organismo científico integrado por especialistas creyentes, agnósticos y ateos, y que estudia si una curación va técnicamente o no en contra de las leyes de la medicina. En 1947 su capacidad de estudio se reforzó con la aparición de la Comission Médicale Internationale.

Establecida la realidad de la enfermedad, la curación, la imposibilidad de dar una explicación natural y la ausencia de recaída, una comisión canónica designada al efecto por la Iglesia dictamina si el hecho debe ser considerado o no milagro, entre otras cosas porque haya ocurrido en relación a circunstancias religiosas tales como la oración ferviente. Para los procesos de canonización, el comité médico se llama Consulta Médica y su modus operandi es bastante similar.

Nada más (ni nada menos) habría ocurrido aquel 28 de mayo si no hubiese estado cerca del acontecimiento admirable el joven médico francés, Alexis Carrel, que quedó profundamente impresionado.

Carrel había estudiado en los jesuitas de Lyon, pero ya en 1902 era más que escéptico frente a temas religiosos. Acompañó la peregrinación a Lourdes de Marie, como médico de oficio, habiendo declarado poco antes que "el milagro es un absurdo, es cierto; pero si en condiciones bien concretas se llega a comprobar con certeza, es preciso admitirlo".

En un libro que escribiría años más tarde, titulado "Mi viaje a Lourdes", narró la experiencia y cómo por ella se convirtió al catolicismo: el milagro físico dio como fruto el milagro moral de su conversión.

Poco tiempo después, emigró a los Estados Unidos, donde trabajó primero en el Laboratorio de Fisiología de la Universidad de Chicago, y desde 1906 en el prestigioso Instituto Rockefeller de Investigación Médica, actualmente en funcionamiento.

Alexis Carrel fue el primero en coser con éxito vasos sanguíneos –desarrollando una técnica que impedía la coagulación de la sangre– y en llevar a cabo transfusiones de sangre. Desarrolló las primeras técnicas de cultivo de tejidos y órganos separados del cuerpo, que le permitieron comenzar a trabajar en el transplante de órganos, siendo pionero en este campo hoy tan conocido. Por estos exitosos estudios le fue concedido el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1912 ¡a un agnóstico convertido al catolicismo que creía en los milagros de Lourdes! Su fecunda actividad científica no terminó aquí, si no que continuó intensamente en años posteriores.

Durante la Primera Guerra Mundial descubrió una sustancia que evitaba la infección de las heridas de los combatientes: la solución Carrel-Dankin. Más tarde y en colaboración con el primer aviador que cruzaría el Atlántico, Charles A. Lindbergh, fabricó un corazón artificial para mantener vivos fuera del donante los órganos a transplantar.

Para finalizar os dejo lo que escribió en su diario la misma noche de la curación:

"Virgen Santa, socorro de los desgraciados que te imploran humildemente, sálvame. Creo que Tú has querido responder a mi duda con un gran milagro. No lo comprendo, y dudo todavía. Pero mi gran deseo y el objeto supremo de todas mis aspiraciones es ahora creer, creer apasionadamente y ciegamente, sin discutir ni criticar nunca más. Tu nombre es más bello que el sol de la mañana. Acoge al inquieto pecador que, con el corazón turbado y la frente surcada por las arrugas, se agita corriendo tras las quimeras. Bajo los profundos y duros consejos de mi orgullo intelectual yace, desgraciadamente ahogado todavía, un sueño, el más seductor de todos los sueños: el de creer en Ti y el de amarte como aman los monjes de alma pura".

martes, 24 de agosto de 2010

Santo sudario de Oviedo

Queridos amigos, hoy os traigo una breve descripción del sudario de Oviedo (según la tradición cubrió la cabeza de Nuestro Señor) y un vídeo del programa "Corría el año" ,presentado por César Vidal, en el cual se aborda, con ayuda de un físico y un médico, la historia y la autenticidad de dicha reliquia.

Por su importancia e interés comparto esto con vosotros.

Un cordial saludo.









El Santo Sudario de Oviedo (conocido también por pañolón de Oviedo) es una reliquia de la Iglesia Católica que se encuentra depositada en la catedral de Oviedo. Se trata un pañuelo de lino manchado de sangre y alguna quemadura de velas, de forma rectangular con una medida de 83x53 centímetros venerado como una de las prendas funerarias descritas en Jn 20, 7. San Juan menciona un «sudario» (σουδαριον) que cubría la cabeza, y una «prenda de lino» (οθονιον—othonion) cubriendo el cuerpo. Según la tradición, el sudario de Oviedo fue la prenda que cubrió entonces la cabeza de Jesús y que encontró el apóstol S. Pedro en la tumba vacía de Jesucristo y que recogió junto con la Sábana Santa de Turín.







Aquí os dejo el programa de estudio sobre el sudario que os comenté.



viernes, 20 de agosto de 2010

Cronología del s. II



CÉSARES ROMANOS

PAPAS

HISTORIA de los Primeros Cristianos

98/117
Trajano

97/105
San Evaristo

107 Carta de San Ignacio de Antioquia
108 Epístola de San Policarpo a los Filipenses
112/113 Correspondencia de Plinio con Trajano
115 Anales de Tácito

105/115
San Alejandro

117/138
Adriano

115/125
San Sixto

123/124 Arístides escribe su Apología, dirigida al emperador Adriano

125 Quadrato, primer apologista

125/136
San Telesforo

130 Conversión de San Justino mártir
130 Escuela gnóstica alejandrina

136/140
San Higinio


138/161
Antonino Pío

140/155
San Pío I

143 “Contradicciones” de Marción
144 Marción expulsado de la comunidad cristiana

155 Martirio de san Policarpo de Esmirna

155/166
San Aniceto

161/169
Marco Aurelio y Lucio Vero

165 Martirio de san Justino y sus compañeros

166/175
San Sotero

169/180
Marco Aurelio

171/180 Meditaciones de Marco Aurelio
177/180 “Suplicaciones por los cristianos” de Atenágoras
178 “La verdadera razón” de Celso
178 San Ireneo, Obispo de Lyón
180 Escuela catequística de Alejandría

175/189
San Eleuterio

180/192
Cómodo

180 Florece San Clemente de Alejandría
185 “Contra las herejías” de San Ireneo

190 “Stromata” de San Clemente de Alejandría
190 Florece Tertuliano

189/199
San Víctor

193
Pértinax


193
Didio Juliano

193/198
Septimio Severo

198/211
Septimio y Caracalla

199/217
San Ceferino

jueves, 19 de agosto de 2010

Para reflexionar




"No hay que tener miedo a escuchar las verdades que están en nuestro interior."



miércoles, 18 de agosto de 2010

Cronología del Siglo I


Es importante, fundamental diría yo, que conozcamos nuestras raíces. Es por eso que os traigo unos sencillos esquemas que recogen los acontecimientos más importantes del cristianismo primitivo, que sin duda nos servirán para darnos una visión simple y global (dichos esquemas no pretenden más).

Los he sacado de una página web muy interesante que aborda este tema de forma sencilla, didáctica y para todos los públicos, de modo que creo os puede resultar útil. Dicha página esta enlazada en el esquema a modo de hipervínculos.

Bueno, pues aquí os dejo con el esquema del s. I, en otras actualizaciones os traeré los de los siglos II,III y IV.




Cronología del Siglo I


CÉSARES ROMANOS

PAPAS

HISTORIA de los Primeros Cristianos

-27/14
Augusto


Nacimiento de Jesucristo

6 Judea se convierte en una provincia romana

14/37
Tiberio

33-67
San Pedro

19 Los judíos son expulsados de Roma
26 Ministerio de Juan Bautista
27-30 Ministerio de Jesús
30 Crucifixión y Resurrección de Jesús. Pentecostés
35 Martirio de Esteban. Conversión de Pablo

37/41
Calígula

38 Revueltas contra los judíos en Alejandría
42 Martirio de Santiago

41/54
Claudio

46-48 San Pablo y Bernabé misioneros entre los gentiles
48 Concilio de Jerusalén
49-58 Actividad misionera de San Pablo
49 Los judíos son expulsados de Roma
50-62 Epístolas de San Pablo a las Iglesias
53-56 San Pablo en Éfeso

54/68
Nerón

60-62 San Pablo en Roma
63 San Pedro en Roma
64 Persecución de Nerón
65-70 Epístolas pastorales

68/69
Galba

67-76
San Lino

70 Caída de Jerusalén
73 Guerra judía: cae la fortaleza de Masada
75-80 Forma final de los evangelios

69
Otón

69
Vitelio

69/79
Vespasiano

76/89
San Cleto

79/81
Tito

80-90 Epístola a los Hebreos

81/96
Domiciano

81-96 Culto al emperador bajo Domiciano
90 Evangelio de San Juan
95 Persecución de Domiciano
95 Apocalipsis de San Juan

89/97
San Clemente

96/97
Nerva


97/105
San Evaristo

98/117
Trajano

100 Carta de San Clemente

martes, 17 de agosto de 2010

¿Sabías que...

la oración mariana más antigua es la "Sub tuum praesidium"?







EN UN PAPIRO EGIPCIO

Edgar Lobel, experto en papirología de la Universidad de Oxford, dedicó su vida al estudio de los papiros encontrados en Egipto. Como es conocido, el clima extremadamente seco de la mayor parte de Egipto ha hecho que se conserven multitud de fragmentos de papiros antiquísimos, con textos de hace milenios, en griego y en copto. Muchos de estos textos se habían perdido. En otros casos, los papiros sirven para confirmar la antigüedad de textos que sí que se habían conservado a través de sucesivas copias o traducciones.

Uno de estos papiros, descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco, contenía una oración a la Virgen. Y no cualquier oración, sino una plegaria que continuamos rezando hoy en día, la oración Sub tuum praesidium. La versión latina es:

Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et benedicta.

La versión castellana, es muy conocida:

Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien, líbranos de todo peligro,
¡oh siempre Virgen, gloriosa y bendita!

Y la versión en griego clásico, que es precisamente la que se encontró en el papiro. Basta fijarse con detenimiento en la foto del papiro para reconocer las palabras griegas originales:

π τν σν εσπλαγχνίαν,
καταφεύγομεν, Θεοτόκε.
Τς μν κεσίας,
μ παρίδς ν περιστάσει,
λλ κ κινδύνων λύτρωσαι μς,
μόνη γνή, μόνη ελογημένη.

Cabe destacar la presencia del término Theotokos (en este caso, Theotoke, en vocativo), es decir, “Madre de Dios”. Dos siglos después, en el Concilio de Éfeso, se reconoció de forma solemne que este título era adecuado para la Virgen María, contra el parecer de Nestorio. Es decir, en Éfeso, la Tradición de la Iglesia fue defendida contra los que preferían sus propios razonamientos a la enseñanza apostólica.

Resulta impresionante rezar esta oración, sabiendo que los cristianos la rezaban ya, por lo menos, en el año 250 d.C., que es la fecha en la que Edgar Lobel dató el papiro en el que se encontraba. Nosotros no la hemos recibido de los arqueólogos, sino de la Tradición de la Iglesia, a través del latín en el caso de la Iglesia Latina o del griego y el eslavónico antiguo en Oriente.

Resulta agradable, sin embargo, que la arqueología nos muestre una vez más que la Tradición no es algo accesorio, sino que verdaderamente nos transmite la herencia que los primeros cristianos recibieron de Cristo y de los Apóstoles.

lunes, 16 de agosto de 2010

Premios

Mi humilde buhardilla ha vuelto a ser reconocida por sor Cecilia(Blog Estoy a tu lado)con dos nuevos premios, a saber:






Premio "The Versatile Blogger", que a mi vez entrego a Capuchino de Silos(Blog Capuchino de Silos), la cual se distingue por tener un blog muy hermoso y diverso (arte, política, actualidad, religión, pensamientos...) sazonado todo con muy buen gusto y sentido del humor, dignos de una mujer tan inteligente y sensible.

Para recoger este premio (según he leído en el blog de sor Cecilia) hay que:

1-Compartirlo y destacar las características más sobresalientes del blog premiado.
2-Enumerar 7 cualidades que te definan.

No con poca verguenza... pero para no hacer un feo aquí van las mías:

-Gran fe
-Buscador de la verdad
-Sincero
-Buena persona
-Sentido del humor
-Testarudo
-Carácter fuerte



Y el "Premio a la dedicación", el cual entrego al hermano Joan Josep Tamburini, ( El Rincón del Anacoreta) por compartir con nosotros sus pensamientos y reflexiones.





Por último decir que estoy muy agradecido y que perdonen mi retraso en contestar, pero es que he estado muy liado estos días, internet me ha dado fallos y soy nuevo en estos mundillos de blogs y premios... y es por ello que no sigo muchos blogs con los que poder repartirlos como, según parece, mandan los "cánones".

Un abrazo y gracias a todos.

sábado, 14 de agosto de 2010

La importancia de hablar bien


A una mujer que se confesaba frecuentemente de hablar mal de los demás, san Felipe Neri le preguntó:

— ¿Te sucede con frecuencia hablar mal del prójimo?

— Muy a menudo, Padre -responde la penitente.

— Hija, creo que no te das cuenta de lo que haces. Es necesario que hagas penitencia. He aquí lo que harás: mata una gallina y tráemela enseguida, desplumándola por el camino desde tu casa hasta aquí.

La mujer obedeció, y se presentó al santo con la gallina desplumada.

— Ahora -le dijo Felipe-, regresa por el mismo camino que viniste y recoge una por una las plumas de la gallina…

— Pero eso es imposible, padre -rebatió la mujer-, con el viento que hace hoy no podré encontrar más que unas pocas.

— También yo lo sé -concluyó el santo-, pero he querido hacerte comprender que si no puedes recoger las plumas de una gallina, desparramadas por el viento, tampoco puedes recoger todas las calumnias levantadas y dichas de mucha gente, y en perjuicio de tu prójimo.

jueves, 12 de agosto de 2010

La fe



Para facilitar la lectura y consulta del tema que hemos estado tratando, me dispongo a poner aquí los enlaces a los post del ciclo de forma ordenada.


La fe es una experiencia humana básica

Qué se entiende por creer en el lenguaje religioso

Características del acto de fe (I)

Características del acto de fe (II)

Características del acto de fe (III)

Características del acto de fe (IV)

Características del acto de fe (V)

La fe se caracteriza porque es libre, cierta, oscura y sin embargo luminosa

El objeto central de la fe confesante



Fuente: "La apuesta por Dios", Juan Antonio Paredes Muñoz, Universidad de Málaga/Debates


"Una vida sin preguntas no merece la pena ser vivida", Sócrates

miércoles, 11 de agosto de 2010

El objeto central de la fe confesante

Y llegamos al último post del ciclo sobre la fe.


Cuando confesamos nuestra fe, especialmente en el Credo de la misa, puede dar la impresión de que profesamos un conjunto de doctrinas yuxtapuestas y con escasa relación entre sí. Sin embargo, es todo lo contrario: nuestra fe es cristológica y trinitaria. Confesamos que en la persona histórica concreta de Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, Dios se ha hecho presente en nuestra historia. En Él y en ninguno más. "Al llegar la plenitud de los tiempos, dice San Pablo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley y para que recibiéramos la filiación adoptiva" (Ga 4,4). "A ese Jesús Dios le resucitó, de lo cual todos nosotros somos testigos" (Hch 3, 32).

Por medio de Jesucristo se nos ha revelado en plenitud el Padre (cf Jn 17, 6-8) y se nos ha dado el Espíritu, que nos lleva a la verdad y nos acompaña en nuestro caminar histórico (cf Jn 16, 5-15). De ahí que nuestro Credo tenga una estructura trinitaria: creo en el Padre, creo en el Hijo y creo en el Espíritu Santo. Es importante dejar muy clara la síntesis central de la fe, para que, como dice Ardusso, no se disperse nuestra atención en verdades periféricas pues:

"Un observador externo podría tener la impresión de que el contenido de la fe consiste en una mera acumulación de objetos y verdades de fe, puestas en fila una tras otra, como perlas engarzadas en un hilo. De ahí la exigencia, particularmente sentida en nuestros días, de descubrir `la única palabra en los muchos dogmas´, a fin de impedir que `los árboles dogmáticos´ impidan ver el bosque de la fe".


Y para concluir permítanme que traiga unas palabras de Martín Velasco que creo sintetizan muy bien lo que es la experiencia creyente:

"La vivencia de la experiencia (religiosa) comporta en la zona de las emociones y los sentimientos: alegría y padecimiento; exultación y serenidad; entusiasmo que saca de sí y reconciliación interior; sobrecogimiento y fascinación; respeto reverencial y amorosa intimidad; seguridad absoluta y exposición al máximo riesgo; sentimiento de plenitud y radical vaciamiento; sentimiento de indignidad y autoestima agradecida... Reflejarían, pues, la condición `pascual´de toda experiencia de Dios que exige del hombre atreverse a perder su vida para salvarla".

Muchas gracias a todos.

martes, 10 de agosto de 2010

La fe se caracteriza porque es libre, cierta, oscura y, sin embargo, luminosa.

Hemos llegado al penúltimo post del ciclo sobre la fe:

"La demostración de la verdad intrínseca del contenido de la fe no significaría la fundamentación de la misma, sino su aniquilamiento". Esta lúcida expresión de A. Lang pone de manifiesto la importancia de que la existencia de Dios y la verdad de Jesucristo no se impongan al hombre por su evidencia intrínseca, pues donde no hay libertad, tampoco hay posibilidad de amor, de confianza y de otras relaciones personales.

El hecho de que Dios no se imponga, sino que sólo se nos dé a conocer con certeza moral, explica por qué somos libres de acoger o rechazar la fe en Dios, que es oferta divina de amistad y regalo gratuito. La libertad de la fe quiere decir que nadie ni nada nos la impone. Como hemos visto anteriormente, creer en Dios- al igual que creer en un amigo- es confiar en Él y ponerse en sus manos, aceptando el mensaje de Jesucristo. Y sabemos que la confianza es un acto de libertad y una forma de amor.

Esto significa que la fe, en su fundamentación personal última, depende de la voluntad y no de la inteligencia (por eso los que me conocen saben que siempre ando diciendo que es principalmente un acto volitivo), por lo que es esencialmente libre: creemos porque optamos por creer. Contamos con la ayuda de la gracia, pero la decisión última depende de cada uno. Es verdad que tenemos serias razones para tomar esta decisión, pero ninguna de ellas es tal que nos obligue por su evidencia. Con palabras de Santo Tomás:

"La fe implica asentimiento del entendimiento a lo creído. Mas de dos maneras asiente el entendimiento: una, siendo movido por el objeto mismo, el cual es conocido, bien en sí mismo como en los primeros principios sobre los que versa el entendimiento; o bien es conocido por otro, como en las conclusiones de la ciencia. De otro segundo modo asiente el entendimiento, no porque sea suficientemente movido por el propio objeto, sino que se inclina voluntariamente a una parte más que a otra por cierta elección. Tal asentimiento, si es con miedo y duda de la otra parte, constituye la opinión; y fe, si con certeza y sin temor". S. Th. II-II, q. 2,a.9, ad 3

Al mismo tiempo que una decisión libre, la fe goza ,sin embargo, de absoluta certeza. Pero conviene dejar muy claro que dicha certeza no elimina las dificultades ni las preguntas, que son muy diferentes de la duda. En todo caso, la certeza no depende del entendimiento, sino de la voluntad: de la decisión personal, ayudada por la gracia. El fundamento último de esta certeza es la relación personal de amistad con Aquel de quien nos hemos fiado. Y esto quiere decir que un gran número de problemas relacionados con la fe tienen su origen, más que en el entendimiento, en una voluntad y en un trato amistoso que se ha ido debilitando.

Al no ser resultado de la evidencia de la razón sino fruto de una decisión libre de la persona, la fe tiene siempre una gran dosis de oscuridad. Sabemos y decimos que es esencialmente oscura, tanto por el origen de la decisión, que no es la evidencia de los primeros principios ni de las conclusiones indudablemente ciertas, como por el objeto sobre el que versa: el Misterio infinito de Dios; y porque la existencia nos plantea muchas cuestiones nada fáciles a la hora de practicar la fe y de llevar a Dios a la vida diaria. Pero tal oscuridad, lejos de identificarse con la duda de quien no termina de fiarse, se parece más bien al deslumbramiento que provoca en nosotros el exceso de luz. Igual que nos sucede cuando miramos de frente al sol de media mañana.

Sin embargo, y a pesar de esta oscuridad intrínseca, es ella misma una luz que nos permite ver mejor: es luminosa. Como dice H. Fries, refiriéndose a la fe simplemente huamana:

"La fe aquí descrita es un conocimiento, en el sentido eminente de la palabra. La fe, como el amor, no ciega sino que hace ver. El conocimiento posibilitado por la fe se realiza cuando se trata de conocer a la persona. Sin fe, la persona y su mundo específico permanecen cerrados e inaccesibles. Pero también está claro que la fe como instrumento epistemológico no tiene sitio ni justificación alguna en el terreno de las ciencias naturales, la matemática (... ) En este sentido, un rechazo de la fe no representa precisamente una liberación para el conocimiento, sino una pérdida del mismo, o al menos una merma de las posibilidades cognoscitivas y, en concreto, de aquellas que son de extraordinaria importancia para el hombre como persona, para su vida: más aún, que son de un alcance existencial. Ningún hombre, y menos aún una sociedad o comunidad, podría vivir humanamente sin fe".


Por su parte, J. A. Paredes piensa que no nos excedemos si cuanto afirma este autor de la fe humana sin más, lo referimos a la fe cristiana. Entonces nos resultará más fácil comprender por qué los primeros cristianos denominaban al bautismo el sacramento de la iluminación, y por qué los Padres de la Iglesia hablaban de "los ojos de la fe".

sábado, 7 de agosto de 2010

La buhardilla del gatete recibe el premio "Reconocimiento de valores"


El premio denominado "Reconocimiento de valores" reconoce los valores de algunos blogs que en todo momento y a través de sus entradas exaltan la constancia, el trabajo, la unión, la amistad, el crecimiento, el aprendizaje, entre otros valores fundamentales en este mundo blogueril. Las bases consisten en anunciar quien te otorgó el premio y luego transferirlo a otros blogs amigos.

En mi caso yo lo recibí del blog de Sor Cecilia Estoy a tu lado.

Por mi parte concedo el premio a los siguientes blogs:

1. EnMadrid, de Fernando.

2. Capuchino de Silos, de Cristina.

3. Intuiciones (de un cura), del párroco de Santa María Madre de la Iglesia.

Muchas gracias por este reconocimiento.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Características del acto de fe (V)

3) El camino de la oración


Es el camino de los místicos y de los santos, el camino de la vida y del corazón. Pues junto a la búsqueda intelectual y al conocimiento de la Revelación existe el camino de la contemplación, el camino orante. Porque la fe viva, entendida como entrega personal y confiada a la llamada divina, es el camino más breve hacia Dios. Como dice San Juan de la Cruz, en la "antención a lo interior y estarse amando al Amado", que constituye la esencia misma de la contemplación, "enseña Dios ocultísima y secretísimamente al alma sin ella saber cómo". Según su experiencia, se trata de un camino inagotable:


"Por más misterio y maravillas que han descubierto los santos doctores y entendido las santas almas en este estado de vida, les quedó todo lo más por decir y aun por entender, y así hay mucho que ahondar en Cristo, porque es como una abundante mina con muchos senos de tesoros que, por más que se ahonden, nunca les hallan fin ni término, antes van hallando en cada seno nuevas venas de nuevas riquezas de aquí y allá"

Y advierte San Cirilo de Jerusalén que "el alma, iluminada por esta fe, alcanza a concebir en su mente una imagen de Dios, y llega incluso hasta a contemplar al mismo Dios en la medida en que ello es posible".


Cuando el hombre "se esfuerza en fijar en Dios su corazón y su mente, en la contemplación, realiza el acto espiritual que debe ser considerado como el más noble de todos" (Pablo VI). Y ningún conocimiento de Dios puede reemplazar este saber de amigos que florece en la intimidad y el diálogo de la oración, en ese " hablar de amistad con quien sabemos nos ama" (Santa Teresa).

En su Itinerario de la mente hacia Dios, San Buenaventura desarrolla con profundidad este proceso de acercamiento a Dios. Dice así:


"Para que este paso sea perfecto, hay que abandonar toda especulación de orden intelectual y concentrar en Dios la totalidad de nuestras aspiraciones. Esto es algo misterioso y secretísimo, que sólo puede conocer aquel que lo recibe, y nadie lo recibe sino el que lo desea, y no lo desea sino aquel a quien inflama en lo más íntimo el fuego del Espíritu Santo, que Cristo envió a la tierra. Por eso dice el Apóstol que esta sabiduría misteriosa es revelada por el Espíritu Santo. Si quieres saber cómo se realizan estas cosas, pregunta a la gracia, no al saber humano; pregunta al deseo, no al entendimiento, pregunta al gemido expresado en la oración, no al estudio y la lectura; pregunta al Espíritu, no al maestro; pregunta a Dios, no al hombre; pregunta a la oscuridad, no a la claridad; no a la luz, sino al fuego que abrasa totalmente y que transporta hacia Dios con unción suavísima y ardentísimos afectos".

Los Padres de la Iglesia tenían una comprensión muy rica y muy vital de la Teología. Para ellos, el saber sobre Dios no se limitaba, como sucedió luego en la Escolástica, a un saber de la razón sin más, a una ciencia desligada de la experiencia creyente del sujeto. A ellos les resultaba ininteligible separar la Teología de la experiencia viva de fe, y en esa experiencia tiene un lugar preeminente el amor.

Fue San Agustín quien profundizó en el tema de forma más sistemática. Para alcanzar el conocimiento de Dios, viene a decirnos, hay que partir de la fe: una fe que es apertura amistosa a Dios, escucha agradecida y seguimiento amoroso. Pues sólo quien ama de veras llega a conocer con profundidad la verdad última de Dios y del hombre. Esta línea de pensamiento no llega a desaparecer nunca de la Teología, sino que se va trasmitiendo en aquellas corrientes que permanecen en la órbita agustiniana. Es el caso de S. Buenaventura, como nos pone de manifiesto el texto que hemos visto al comienzo de este capítulo.

Y aunque son más numerosos quienes siguen manteniendo una comprensión de la Teología como saber "intelectual", existe también una tendencia fuerte a recuperar un concepto que, sin bajar la guardia en lo que se refiere al rigor, esté más en la línea de los Padres. Como dice con gran lucidez A. Martín:

"La teología no es sólo nocional sino también vital, no es tarea de sólo entendimiento sino también de amor... Dios no es puro concepto, sino un ser que nos ama y se nos entrega".

Resulta por ello muy interesante que algunos pensadores comiencen a tomar los relatos testimoniales de los grandes creyentes como base para apoyar su afirmación de la existencia de Dios y para logar un mejor conocimiento de Dios y de las cosas de Dios. En este campo, el argumento que hace creíble la fe es la calidad humana de los santos. Personas de su talla indican que el Evangelio es realmente camino de salvación para el hombre